La "flexión" de una bota de esquí indica su rigidez. Los valores de flexión suelen oscilar entre 60 para los principiantes y más de 130 para los expertos. Para los esquiadores de alto nivel, se recomienda una bota con un flex alto porque ofrece una mejor transmisión de las fuerzas y más precisión en los giros. Es esencial elegir un flex que se adapte a tu peso, fuerza física y capacidad de esquí. Por ejemplo, un esquiador pesado y potente se beneficiará de un flex más alto, mientras que un esquiador más ligero puede preferir un flex ligeramente más bajo para no sacrificar comodidad y maniobrabilidad.
La talla de las botas de esquí es crucial para evitar puntos de presión dolorosos y movimientos indeseados del pie. Las botas de esquí deben ser lo suficientemente ajustadas para mantener el pie en su sitio, pero sin comprometer la circulación sanguínea. Una buena forma de comprobar el ajuste es quitarse el forro, colocar el pie en la carcasa y comprobar que hay entre uno y dos centímetros entre el talón y la carcasa cuando la punta del pie toca ligeramente la parte delantera. Este margen es importante para permitir que los dedos del pie se muevan ligeramente cuando el zapato está completamente cerrado.
También es esencial tener en cuenta la "horma", es decir, la anchura del zapato. Los fabricantes suelen ofrecer hormas que oscilan entre 97 mm (estrechas) y 102 mm o más (anchas). Elegir la horma adecuada a la anchura del pie es crucial para la comodidad y para evitar problemas de circulación o dolores causados por un zapato demasiado apretado o demasiado flojo.
Las botas de esquí varían según el estilo de esquí. Para el esquí alpino tradicional, se prefieren las botas rígidas y precisas. Para el freeride o el esquí fuera de pista, se suelen buscar botas con mayor flexión en el tobillo y comodidad al caminar. Los esquiadores de travesía optarán por botas más ligeras con características específicas, como inserciones para fijaciones "tecnológicas" y mayor amplitud de movimiento en modo de marcha.
Los materiales utilizados en la fabricación de botas de esquí pueden influir mucho en su peso, durabilidad y rendimiento. Las carcasas de poliuretano son habituales y ofrecen un buen equilibrio entre rendimiento y durabilidad, mientras que para las botas de travesía se suelen utilizar materiales más ligeros, como el Grilamid. Además, algunos modelos de gama alta incorporan tecnologías de moldeado térmico que permiten una personalización completa de la carcasa y el forro para un ajuste perfecto.
En conclusión, la elección de unas botas de esquí para un deportista avanzado debe guiarse por la comprensión de sus necesidades específicas en términos de rendimiento, comodidad y estilo de esquí. Una bota bien elegida le ayudará a esquiar con mayor precisión y confianza. No olvides consultar a un especialista en la tienda para obtener un asesoramiento personalizado y probar varios modelos antes de hacer tu elección final.