Cuando sales a la montaña, la exposición a los rayos ultravioleta (UV) aumenta considerablemente. Las gafas de esquí de travesía deben ofrecer una protección UV del 100% para evitar daños oculares a largo plazo, como la fotoqueratitis o las cataratas. Las lentes deben tener la certificación UV400, que garantiza una protección completa contra los rayos UVA y UVB.
Las lentes de esquí de travesía se clasifican en diferentes categorías en función de su capacidad para filtrar la luz visible:
Para el esquí de travesía, las categorías 3 y 4 son las más utilizadas, ya que ofrecen una protección óptima contra el deslumbramiento y los reflejos.
Las lentes polarizadas están diseñadas para reducir el deslumbramiento causado por el reflejo de la luz en las superficies nevadas. Mejoran el contraste y la claridad visual, permitiendo una mejor percepción del relieve y de los obstáculos. Esta tecnología es especialmente útil para los descensos rápidos, en los que una visión clara y precisa es esencial.
Las lentes fotocromáticas se adaptan automáticamente a las variaciones de luz. Se oscurecen cuando hay mucha luz y se aclaran cuando ésta disminuye. Esta adaptabilidad es una gran ventaja para los esquiadores de travesía que pasan con frecuencia de entornos sombríos a zonas soleadas. Las lentes fotocromáticas cubren generalmente las categorías 1 a 3, o incluso 4, ofreciendo una polivalencia excepcional.
Las condiciones meteorológicas cambiantes y el esfuerzo físico pueden hacer que las lentes se empañen. Por ello, un tratamiento antivaho es esencial para mantener una visión nítida. Además, las lentes deben ser resistentes a los arañazos para garantizar su durabilidad, especialmente en caso de manipulación frecuente y contacto con superficies abrasivas.
La comodidad es un criterio esencial de las gafas de esquí de travesía. La forma de las gafas debe seguir perfectamente el contorno de la cara para ofrecer una protección óptima contra el viento y la nieve. Las gafas también deben ser compatibles con los cascos, sin crear puntos de presión desagradables.
Las monturas de las gafas de esquí de travesía deben ser ligeras y robustas. Se suelen utilizar materiales como el policarbonato o el nailon por su resistencia a los impactos y su flexibilidad. Las patillas ajustables y las plaquetas nasales de goma antideslizante mejoran el ajuste y la comodidad, incluso durante esfuerzos intensos.
Una buena ventilación es crucial para evitar que se empañen. Las gafas de esquí de travesía deben estar equipadas con sistemas de ventilación eficaces que permitan una circulación de aire suficiente sin comprometer la protección contra los elementos.
Para los esquiadores de travesía que prefieren llevar máscara, es importante elegir unas gafas compatibles. Las gafas deben ajustarse perfectamente bajo la máscara sin crear incomodidad ni puntos de presión. Los modelos con patillas finas y flexibles suelen ser más adecuados para este fin.
Se recomienda encarecidamente el uso del casco en el esquí de travesía, especialmente en los descensos fuera de pista. Las gafas deben ser compatibles con el casco y ofrecer una cobertura total sin interferir en el campo de visión. Los modelos con patillas ajustables y plaquetas nasales ergonómicas son ideales para garantizar un ajuste perfecto.
La elección de unas gafas de esquí de travesía es una decisión crucial para los esquiadores avanzados. Teniendo en cuenta la protección UV, las categorías de lentes, las tecnologías disponibles, la comodidad y el ajuste, podrá encontrar el par ideal para sus aventuras en la montaña. No olvides comprobar la compatibilidad con el resto de tu equipo, como gafas y cascos, para disfrutar de una experiencia de esquí de travesía óptima y segura. Con las gafas adecuadas, podrás disfrutar al máximo de cada ascenso y descenso, de forma segura y con una visión nítida.