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Nuevo récord femenino en el FTK
Anna DeMonte, alpinista de Utah, hizo historia el 5 de junio al establecer un nuevo récord femenino de esquí por el Tiempo Más Rápido Conocido (FKT) en la ruta de los Grands Mulets del Mont Blanc. Completó esta exigente ruta en sólo 7 horas y 29 minutos, llevando todo su equipo. La ruta de los Grands Mulets es una de las rutas más tradicionales para llegar a la cima del Mont Blanc sobre esquís, famosa por sus desafíos técnicos y sus condiciones a veces impredecibles. Este récord subraya su resistencia, fortaleza física y pericia alpinística.
La ruta de los Grands Mulets: un gran dominio del esquí de montaña
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"Me siento a la vez feliz y humilde por el esfuerzo realizado", declaró DeMonte. "Hemos dedicado mucho tiempo y atención al entrenamiento, la exploración, la aclimatación y la espera, todo ello en un país nuevo, y aun así las condiciones distaban mucho de ser óptimas. Estoy contento y orgulloso de haberlo conseguido de esta manera, llevando mi propio equipo de principio a fin". |
Preparación de la atleta - Anna DeMonte
Anna DeMonte y su compañero Jack Kuenzle pasaron la primavera en Chamonix, una auténtica meca para los amantes del esquí de montaña y las aventuras en la montaña. Durante su estancia, DeMonte decidió rápidamente intentar un Fastest Known Time (FKT) en el Mont Blanc, preparándose mental y físicamente para afrontar esta montaña emblemática. El itinerario que ha elegido, la ruta de los Grands Mulets, representa un gran reto, ya que combina diferentes disciplinas de montaña. | ![]() |
El descenso no es menos impresionante, con un emocionante descenso en esquí por la cara norte, que DeMonte describió como "uno de los mejores descensos en esquí que he hecho nunca". Su hazaña podría convertirse en una fuente de inspiración para otras mujeres, ya que espera que haya más esquiadoras que se atrevan con los desafíos de velocidad en el Mont Blanc.
Su aventura en Chamonix, en busca de nuevos retos con Kuenzle, es un testimonio de su pasión por la montaña y su deseo de superar sus propios límites. Anna DeMonte iba equipada con el tejido ultratécnico de Rab.